En 1864, Siegfried Samuel Marcus, un ingeniero eléctrico nacido en Alemania, pone en funcionamiento el primer vehículo propulsado por gasolina y petróleo.
Sin embargo, hasta en el año 1896 cuando llega el ya bautizado “El primer camión de la historia”, inventado por Gottlieb Daimler; Ingeniero alemán y una de las figuras más relevantes de la historia de la automoción.
Construyó el primer camión con motor de combustión sustituyendo la barra de tiro tradicional de los caballos por un motor. Usando para ello un carruaje montado sobre ruedas de madera revestidas de hierro, equipado con una transmisión por correa con cuatro velocidades y un motor Phoenix de dos cilindros. Este primer vehículo disfrutaba de una carga útil de hasta 1500 kilogramos.
Este chasis contaba con un complejo sistema de suspensión por muelles que además de amortiguar las numerosas irregularidades de los caminos y carreteras de la época, compensaba las vibraciones causadas por el motor. El motor bautizado como “Phoenix” de dos cilindros, 1,06 litros y apenas rendía 4 CV estaba instalado en posición vertical debajo de la parte trasera del vehículo.
Este medio de transporte pionero en su tiempo, incorpora además un sistema de engranajes mediante piñones que permite trasladar la fuerza del motor a las ruedas y que constituye un precedente del eje planetario, un elemento que será distintivo y fundamental en la nueva generación de camiones que llegará años más tarde y que continúa siendo indispensable hoy en día.
Como parte curiosa, este motor era capaz de funcionar con hasta tres combustibles diferentes: gasolina, gas de hulla y aceite para lámparas. Nada que ver con el funcionamiento de los camiones de hoy en día, aunque es cierto que nosotros contamos con algo más de potencia que esos 4 CV que Daimler sacó de “Phoenix”.
Información obtenida de www.diariodetransporte.com