Contar con los seguros que nos proporcionen la seguridad necesaria para afrontar nuestra tarea del transporte de mercancías por carretera es básico.
A continuación, os marcaremos las líneas maestras sobre lo que hay que tener en cuenta a la hora de acertar con el contrato de seguro. Uno de los dilemas a los que se enfrentan las empresas de transporte de mercancías por carretera, o los transportistas que de forma autónoma emprenden esta actividad, es el acertar con el contrato de seguro que les blinde frente a las responsabilidades en las que puedan incurrir al realizar su trabajo.
Lo primero es recordar la utilidad de los seguros, que no es otra que establecer un procedimiento contractual mediante el cual quienes soportan riesgos pueden transferirlos al asegurador, que se compromete a indemnizarlo total o parcialmente de las pérdidas que los riesgos pueden ocasionar.
Dicho de otra forma, lo que intentamos es obtener una protección económica de personas o bienes que en un futuro fueran susceptibles de sufrir daños o perjuicios resultantes de nuestra actividad de transporte.
Hay determinadas actividades, como la circulación de los vehículos, frente a las que el Estado quiere brindar siempre una reparación del daño que podamos causar, que no sea fiándose de nuestra capacidad económica para afrontar la responsabilidad y obligando por ley a que alguien responda por nosotros con unos límites.
Ese alguien lo conforman las compañías de seguro y para determinados casos el Consorcio de Compensación de Seguros.
En el imaginario social existe la falsa creencia de que si no tienes seguro, no responderás por los daños que causes.
Un ejemplo lo tenemos con los patinetes eléctricos o las bicicletas, en los que hay una corriente en contra de asegurarlos sin pensar que en un atropello los daños que pueden causar son tan elevados que podrían poner en peligro nuestro patrimonio presente y futuro.
Una vez establecida la necesidad de protegernos frente a contingencias que provoquen daños a terceros, o incluso a nosotros mismos, nos queda la tarea de tomar la decisión de qué tengo que asegurar, frente a qué riesgos, la cuantía que queremos salvaguardar y las responsabilidades que queremos cubrir.
Cuando nos preocupamos por mantener a salvo nuestro capital, hemos de tener en cuenta que ello supone grandes inversiones; por eso la contratación de un seguro es una buena decisión y podría incluso decirse que indispensable; puesto que nunca sabemos cuándo vamos a tener que afrontar el gasto que supondrá un problema y que muchas veces podría suponer poner en cuestión la viabilidad económica de nuestra empresa de transportes.
Además, debemos tener en cuenta que el coste del seguro representa actualmente un porcentaje elevado entre los gastos que debe afrontar anualmente una compañía de transportes situándose el 4 en su ranking (datos del Observatorio de Costes del Transporte de Mercancías por Carretera del Mitma, de abril de 2021), tras los gastos de personal, los de combustible y los de amortización del vehículo.
En los datos anteriores se contemplan los derivados de la responsabilidad civil del vehículo y su remolque o semirremolque, seguro de la mercancía, accidente del conductor, retirada de carnet, daños propios, asistencia en viaje, rotura de lunas y defensa jurídica, pero no se contemplan todos los seguros que son susceptibles de destacarse y que más adelante comentaremos.
Otro aspecto que debemos tener en cuenta a la hora de clasificar los diferentes tipos de pólizas de seguro es en razón a su duración, por lo que nos podemos encontrar con las siguientes:
Especiales o por viajes:
Se encargan de cubrir el transporte o envío de determinada mercancía que envuelve también a buques aeronaves y vagones. La garantía del seguro termina en cuanto los bienes asegurados llegan a su lugar de destino. Estos bienes asegurados tienen que ir dirigidos a un único cliente que realiza un único viaje.
Pólizas abiertas:
Son aquellas que dan cobertura a una determinada mercancía dirigida a un único cliente pero que realiza más de un viaje. En estas pólizas se llega a cubrir todo el recorrido de los varios viajes, es decir, desde el origen hasta el lugar de destino.
Pólizas flotantes:
Cubren el transporte de diferentes mercancías que van dirigidas a distintos clientes, que realizan distintos viajes, durante un tiempo determinado.
Pólizas forfait o término:
Cubren un capital determinado y fijo en una serie de viajes sucesivos e indeterminados durante el período previsto. Se utiliza por las empresas de transporte para cubrir sus responsabilidades obligatorias marcadas por leyes o convenios internacionales.
En atención a los riesgos y coberturas que puede cubrir una póliza de seguros destacamos:
1.Riesgos derivados de los hechos de circulación: Realmente son los únicos legalmente obligatorios y cubrirán los daños personales y materiales relacionados con los accidentes de tráfico que podamos causar con nuestro camión o remolque.
Los daños del conductor, del vehículo propio, de la mercancía transportada, asistencia en viajes, etc., deben contratarse como extensión del seguro obligatorio contemplado en el Real Decreto Legislativo 8/2004.
2. Riesgos relacionados con la carga que transportemos: Tienen que ver con los daños totales o parciales de la mercancía transportada, robos, vandalismos, etc.
3.Riesgos de explotación y operaciones: Para asumir las responsabilidades por las demoras en la recepción o entrega de las mercancías.
4.Riesgos por impagos: Llamados de crédito o caución.
5.Riesgos de los trabajadores: Para atender las exigencias de convenios colectivos.
6.Riesgos de las instalaciones de la empresa: Cubre las contingencias ocurridas en las bases de las empresas a clientes, proveedores, trabajadores, etc.
7.Riesgos derivados del compliance legal: Cubre las responsabilidades civiles derivadas de incumplimientos del marco normativo que regula el transporte.
8.Defensa jurídica y reclamación de daños: Da cobertura a las acciones legales de reclamación o defensa de daños cometidos o recibidos.
9.Riesgo medioambiental: Cubre los siniestros de reparación de los daños medioambientales, como gastos de restauración, limpieza, descontaminación, etc.
10.Riesgos relacionados con la ciberseguridad: Protege las operaciones frente a los ataques digitales.
Otro error que solemos cometer al contratar un seguro es entender que la indemnización es una cantidad total que se recibe en caso de suceder lo que no se desea, es decir, el siniestro.
Sin embargo, esa cantidad no siempre se ajusta a los gastos de reparación o reposición, por lo que debemos leer bien la cobertura real de la póliza para asegurarnos de que va a responder realmente a nuestras necesidades.
Como resumen, la contratación de los seguros relacionados con el transporte de mercancías en camión merece que dediquemos el suficiente tiempo y atención por las repercusiones que pueden tener los riesgos descritos tanto en la situación económica de la empresa como en la posible responsabilidad patrimonial de los responsables.