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¿Persona jurídica o persona física? O lo que es lo mismo ¿Sociedad o Autónomo? Para cualquier profesional del transporte esta es una cuestión que, en algún momento de su trayectoria como transportista seguro que ha tenido que considerar.

Para intentar arrojar un poco de luz sobre este tema  la Federación Española de Transporte Discrecional de Mercancías (FETRANSA), organizó,  el pasado  9 de octubre ,  un  seminario que bajo el título  “Coexistencia del modelo societario e individual en el transporte de mercancías, ventajas e inconvenientes”.  A través de varias  intervenciones, y., sobre todo, de la participación activa de los asistentes, cuyas experiencias personales sirvieron para contrastar cada uno de los modelos, el seminario sirvió  en buena medida para  cómo son los modelos empresariales en los que puede constituirse una empresa de transportes, ya sea societaria o individual, y qué ventajas e inconvenientes tiene  cada uno de ellos.

Jose Carlos López Jato, vicepresidente de Fetransa, fue el encargado de presentar y moderar este seminario, que aborda un interesante tema   sobre la estructura jurídica de las empresas de transporte  en España, un país en el que tradicionalmente ha dominado la figura del transportista autónomo, en un sector  que presenta  un elevado porcentaje de  empresas que  no supera los tres vehículos de media.

A la hora de definir el tipo de empresa que queremos constituir, es importante establecer  qué prioridades tenemos: Habrá a quien les pese más el tema de las responsabilidades en las que incurrimos como empresarios, o la inversión de capital necesaria, o bien la gestión que nos va a demandar una u otra modalidad de empresa, o, en último término, la fiscalidad.

De hecho, el vicepresidente de Fetransa, quiso romper una lanza en favor de los autónomos, señalando  que es difícil entender “la animadversión que hay contra el transportista autónomo”,  teniendo en cuenta que  hay que partir de la base de que “cualquier empresario  debe tener cabida en el mercado, siempre que gestione bien su empresa”.

La vida jurídica y los modelos fiscales

La primera intervención corrió  a cargo de  Francisco Javier Ruiz González, abogado y secretario técnico de Atransur,  que dio  unos primeros apuntes  sobre la vida jurídica de cada uno de los modelos de empresa, societario e individual, para posteriormente entrar en el aspecto que de verdad  marca una diferenciación entre ambos modelos y que, en la práctica, es la principal fuente de conflicto entre partidarios y detractores del actual modelo compartido de fiscalidad, en el que tienen cabida tanto el régimen directo como el objetivo, más comúnmente conocido como de Módulos, en el que aún hoy, y gracias a las diferentes prórrogas conseguidas  desde el 2015, siguen tributando un buen número de transportistas autónomos.

Tras un breve esbozo de qué es un empresario y quien puede ejercer como empresario, Francisco Javier Ruiz, señaló como la gran mayoría de los transportistas presentes empezaron en la actividad como transportistas autónomos, un empresario individual que se caracteriza por  que controla totalmente  la empresa, dirige su gestión, la personalidad jurídica en la misma que la del empresario.  

En definitiva,  el ser empresario individual  es una fórmula empresarial  idónea para el funcionamiento de empresas de muy reducido tamaño, desde la forma de constitución simplificada, que sólo requiere darse de alta en hacienda y autónomos, y hacerse con una tarjeta de transportes para empezar a trabajar, simplificando también enormemente el trabajo contable de la empresa. “todo ello sin contar con que es más económico”, señala Ruiz.

Pero también tiene inconvenientes.  “El principal-en opinión de Ruíz González es que   el autónomo será el responsable de su actividad empresarial, asumiendo todo las obligaciones derivadas de ella, así como la responsabilidad universal, es decir, responde de todo con todo”. En otras palabras….no existe diferenciación entre su patrimonio civil y mercantil,  un aspecto sobre el que el secretario técnico de Atransur quiso incidir e incluso aconsejar “acogerse siempre a la separación de bienes matrimoniales, como medida preventiva para poder desvincular el patrimonio personal del profesional”.

Por eso, a la hora de definir el tipo de empresa que queremos constituir, lo más importante es establecer  qué prioridades tenemos  a la hora de empezar nuestro bagaje como empresarios: “habrá a quien les pese más el tema de las responsabilidades en las que incurrimos como empresarios, o la inversión de capital necesaria, o bien la gestión que nos va a demandar una u otra modalidad de empresa, o, en último término, la fiscalidad, la forma en que podemos tributar y  que dependerá en buena medida de nuestros ingresos, facturación, gastos, etc”.

La «ventaja fiscal» en módulos

Partiendo de  que  todos los trabajadores por cuenta propia deben tributar por las rentas obtenidas a través del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas, existen diferentes modalidades de tributación, ya sea el modelo de estimación directa, en sus dos modalidades, directa o simplificada, o estimación objetiva, también conocida como estimación por módulos.

Tras un breve repaso por ambas modalidades, Ruiz González mostró  un ejemplo  práctico de  las diferencias  en tributación que pueden existir para una empresa transportista en el caso de tributar en estimación directa o en módulos, un régimen que lleva años  con la espada de Damocles de su desaparición,  siempre bajo sospecha de  ser  un sistema mucho menos lesivo fiscalmente  para las empresas,  y que provoca un “agravio comparativo” con aquellas otras que tributan estimación directa.  De este ejemplo práctico se ve claramente que en ese  ejemplo concreto, la tributación en módulos es claramente más beneficiosa para el transportista que si hubiera tributado en estimación directa, tanto en IRPF como en IVA. Ahora bien, no siempre es así, como dejó claro Ruíz González, pues aunque “normalmente se nos vende que el modulo es  la gallina de los huevos de oro, pero  puede pasar que si no facturas lo que tienes previsto, al tributar por una estimación previamente  fijada, puedes encontrarte con que te hubiera salido más rentable haber tributado en estimación directa”.

Reivindicando la figura del pequeño empresario

La segunda parte de la jornada estuvo dedicada a la situación actual del transporte con especial incidencia en los empresarios  autónomos y pymes, así como las claves de futuro que van a definir cómo será el transporte en los próximos años.

Víctor González, presidente de Fetransa fue el encargado de pulsar la opinión de los participantes, tras  mostrar una breve fotografía de cómo es el mercado de transporte español, en el que, por dar algunos datos, existen 107.557 empresas con vehículos autorizados de servicio público, de los que 60.991 son pesados.

Respecto a la dimensión media,  la media por empresa del número de vehículos pesados autorizados asciende en el servicio público a 4,35 y aunque son mayoría las empresa que sólo disponen de un único vehículo (53,2%), entre todas ellas sólo acumulan el 12,1% del total.

Víctor González, presidente de FETRANSA: «El perfil profesional  medio  actual  de un transportistas se acerca a los 51 años, mientras en los años 90 era de 35, una cifra que nos dice muchas cosas de cómo está evolucionando el sector, sin tener en cuenta, además, que en cinco años se jubilará el 30% de los conductores».

Respecto a su distribución por su forma jurídica, nos muestra que las empresas con personalidad física son las más numerosas, aunque el peso de las personas físicas (autónomos) han venido disminuyendo en los últimos años. Aquí llama la atención que, en función de su forma jurídica, son las cooperativas de transporte las que mayor  media por empresa tienen de número de camiones , 17,70, frente a los 7,71 de las sociedades mercantiles.

Los mismos problemas

“Los pequeños transportistas  tenemos a día de hoy los mismos problemas que el resto de empresarios” ha señalado Víctor González., que ha querido reivindicar “que somos tan transportistas como los demás, y compartimos cierto problemas con el resto, como las dificultades para repercutir los costes o los problemas para encontrar conductores profesionales, porque nosotros también somo empleadores”.

Otra cuestión que genera ciertas dudas  es la normativa de transportes y los sucesivos cambios que se vienen experimentando y que entre otras cuestiones ha provocado “una pérdida patrimonial para el pequeño transportista con la pérdida de valor de las tarjetas de transporte”, al tiempo que aumentan requisitos como la capacitación y otras cuestiones como la inminente renovación de flota, las zonas de bajas emisiones, el pago por uso de las autovías o las 44 toneladas “cuestiones todas ellas que generan una gran incertidumbre”, señala el presidente de FETRANSA.

Esta evolución del sector, para González tiene un fiel reflejo en un dato: el perfil profesional  medio  actual se acerca a los 51 años, mientras en los años 90 era de 35, “una cifra que nos dice muchas cosas de cómo está evolucionando el sector”, sin tener en cuenta además que en cinco años se jubilará el 30% de los conductores.

Las claves de futuro

Entre los vectores que sin duda van a marcar el futuro devenir del sector y en particular de las pequeñas empresa de transporte, Víctor González, sitúa la digitalización, “como un proceso imparable  como  soporte de la documentación de transportes”, la eficiencia una necesidad que nace de “la enorme  competencia en el sector que nos obliga a que tengamos que reducir costes” y la sostenibilidad “entendida desde una triple perspectiva, medioambiental, económica y social , esta última claramente identificada en la falta de conductores, porque se trata de que no haya conductores sino más bien  que no encontramos  conductores dispuestos a subirse al camión en las condiciones que podemos ofrecerles, y esto es importante que lo digamos claramente desde las patronales de transporte”.  En este sentido, desde Fetransa esperan que el paquete de movilidad aprobado en Europa ayude a que el transporte recupere el atractivo para los jóvenes gracias a la mejora de las condiciones socioeconómicas.

Y en este contexto, la última reflexión es para intentar dar respuesta a  la pregunta: ¿Cómo deben ser los transportistas del futuro? Una respuesta que dio pie a un intenso debate en el que aspectos como la necesaria capacidad de adaptación al entorno cambiante, a las nuevas normativas de acceso al mercado y la necesidad de recuperar el atractivo de una profesión en la que no se prevé la entrada de un número significativo de nuevos autónomos con autorización propia. “puede suceder-afirma González- que ante estos retos los  nuevos autónomos que se incorporen sean de nuevo como hace años: autónomos muy vulnerables por su falta de formación, porque entrarán al sector a través de figuras como las cooperativas de trabajo asociado, sorteando el requisito de capacitación, y constituyendo una mano de obra atractiva para quienes únicamente buscan un transporte barato”.

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